12/8/13

El espejo del mar

Si hay un libro recomendado para los amantes del mar, es el que hoy nos ocupa: El espejo del mar. Escrito en inglés por Joseph Conrad y publicado por primera vez en 1919 bajo el título original de The mirror of the Sea, la que proponemos hoy es una versión española con traducción excepcional de Javier Marías (de Ediciones Hiperión).

Se trata de una suerte de libro de memorias e impresiones en el que Conrad da rienda suelta a su mejor estilo.



Según se afirma en su prólogo, escrito por Juan Benet: "Es un libro que no tiene desperdicio y, más que eso, que, escrito sin prisa, provoca de manera indefectible esa clase de lectura mansa que sin ningun tipo de avidez por lo que procederá se recrea en la lenta progresión de una sentencia o de una imagen, tan armónica y rítmicamente trazada desde su inicio que su conclusión casi roza la catástrofe." "No hay una sola página de estilo menor, no hay un solo personaje o frase de reputación dudosa, nadie viene de fuera con voz propia. Todo el libro es Conrad cien por cien, y, además, el mejor Conrad, el que sabía dibujar un hecho del mar con la más perfecta forma literaria y el que sabía ilustrar un acontecimiento narrativo con la más acertada imagen marinera."

En cuanto al traductor, Javier Marías, cuyo trabajo es digno de admiración y aplauso, dice en su nota sobre el texto: "No cabe duda de que la prosa de este polaco de origen -que no aprendió la lengua en que escribía hasta los veinte años- es una de las más precisas, elaboradas y perfectas de la literatura inglesa. Sin embargo, al mismo tiempo, es de lo menos inglés que conozco. Su serpenteante sintaxis no tiene apenas precedentes en ese idioma, y, unida a la meticulosa elección de los términos -en muchos casos arcaismos, palabras o expresiones en desuso, variaciones dialectales, y a veces acuñaciones propias- convierte el ingés de Conrad en una lengua extraña, densa y transparente a la vez, impostada y fantasmal. Uno de sus rasgos más característicos consiste en utilizar las palabras en la acepción que les es más tangencial y, por consiguiente, en su sentido más ambiguo. No he temido mantener todo esto (en la medida de lo posible) en castellano, aun a riesgo  -o con la intención- de que el español de este texto resulte algo insólito y espectral"

¡Toda una declaración de intenciones del traductor! ¡Que lo disfrutes!